Según un reciente estudio de la Unión Europea, el 50% de los puestos de trabajo actuales requieren habilidades tecnológicas, porcentaje que se incrementará hasta el 60% en los próximos años. Para el próximo año se espera la creación de cerca de 500.000 puestos de trabajo alrededor de la economía digital. El fomento de la incorporación de talento a las empresas del sector TIC es una apuesta segura para el desarrollo económico de España, dado que es un sector con una gran demanda de empleo.
Como ya hemos comentado en posts anteriores, la oferta de puestos de trabajo en el sector de las Tecnologías de la Información por parte de las empresas supera al número de candidatos. Las empresas TIC, llamadas a liderar la transformación digital de la economía, buscamos perfiles profesionales formados en las últimas tecnologías, que utilicen metodologías ágiles y prácticas de desarrollo y habilidades de consultoría y programación en entornos de constante crecimiento, como son el cloud, el big data y perfiles de BI.
El exponencial desarrollo tecnológico es el principal motor del cambio en el funcionamiento y organización de las empresas de hoy. En esta transformación corporativa las necesidades empresariales son ahora también distintas a las de años anteriores, y esto afecta directamente a la composición de los recursos humanos de las compañías.
Las organizaciones del sector tecnológico cada vez más, necesitamos trabajadores que, además de contar con determinada titulación académica, dispongan de otra serie de cualidades profesionales como pueden ser el trabajo en equipo, dotes de comunicación, habilidades comerciales, etc., que varían en función del puesto de empleo concreto.
Esto nos lleva a la selección por competencias y sobre todo a la especialización. La especialización en un sector o área de conocimiento, que se adquiere a través de la experiencia laboral, es desde hace unos años una de las claves para la diferenciación entre candidatos.
Es importante que un trabajador se convierta en un especialista del tema. Diferenciando especialista de experto. Un experto es el que más conoce y profundiza acerca de un asunto o materia, y un especialista es un trabajador que domina muy bien una faceta de una línea productiva. La especialización es la mejor manera de crecer profesionalmente y de diferenciarse de otros profesionales del mismo sector profesional.
No obstante, en entornos tan fluctuantes como el nuestro, las compañías han detectado que no solo con la especialización la empresa consigue ser más productiva, rentable y por tanto competitiva.
En este sentido, la especialización ha ido dejando paso a la polivalencia, o la capacidad y disponibilidad para ejecutar diferentes tareas, permitiendo que una persona se adapte rápidamente al cambio, y sea capaz de responder de manera favorable a las nuevas exigencias de las empresas.
De este modo, los candidatos y/o empleados con experiencia en un área, una generosa red de contactos y disponibilidad para la movilidad entre departamentos o geográfica tienen mayores posibilidades de acceder a nuevas oportunidades laborales.
Si bien existen, y siempre existirán, trabajos técnicos que requieren de cierta especialización, la polivalencia ofrece beneficios tanto para el trabajador como para la empresa. Por un lado, los empleados adquieren nuevas habilidades y competencias siendo así versátiles y con capacidad para adaptarse a diferentes entornos y asumir nuevos desafíos que, por consiguiente, consiguen ampliar las oportunidades laborales.
Escrito por Miriam Sanz