El Blockchain está de moda. Últimamente este término no deja de acaparar titulares y llenar congresos, pero su potencial es todavía desconocido (y su significado difuso) para gran parte de los mortales. Empecemos entonces por intentar definirlo de forma fácil:
¿Qué es el Blockchain?
Blockchain es una gran base de datos que se distribuye entre varios participantes (los nodos u ordenadores). Su nombre, “blockchain” significa en inglés “cadena de bloques” y eso, justamente, es lo que es: una cadena de bloques de información encriptada.
En esta gran base de datos todos los participantes guardan una copia de toda la información, y se conectan entre sí en una red descentralizada. Blockchain se autoprotege gracias a esta estructura: un bloque no se puede modificar sin el consenso de la mayoría de los participantes. “Para hackear el sistema se tendría que atacar a más del 50% de los nodos, algo prácticamente imposible” asegura Lluís Mas, cofundador y CEO del Blockchain Institute & Technology.
El Blockchain destaca, por tanto, por tres características: es distribuido, descentralizado, e inmutable.
Blockchain permite la transferencia de valor (moneda, datos, etc.) de un lugar a otro de forma segura y sin intervención de terceros. Esta tecnología es la base del “Bitcoin”, criptomoneda nacida en 2008 que posibilita transacciones eliminando la intermediación de los bancos.
Ese es el quid de la cuestión en este asunto: Históricamente hemos necesitado que una tercera parte verificase quiénes somos delante de otro actor. Esta tercera parte, los llamados intermediarios (ya sean bancos, instituciones o empresas), al certificar quiénes somos, se quedan con nuestros datos para luego usarlos sin que apenas nos enteremos. En Blockchain se eliminan estos intermediarios: la clave es el consenso, que dan los participantes.
“El blockchain de lo que se trata es de identificar activos físicos en el mundo digital, va de gobernanza digital. Va de que el individuo vuelva a recuperar la propiedad de sus datos y se autoresponsabilice”, asegura Lluís Mas. Añade que, por falta de conocimiento, educación o desinterés, hemos delegado muchas de nuestras decisiones y libertades en grandes empresas tipo GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon).
¿Qué sectores se están beneficiando del Blockchain?
Aunque desde sus inicios el Blockchain se ha asociado a las criptomonedas, cada vez son más los sectores que se benefician de esta tecnología: “El Blockchain permite crear nuevos modelos de negocio o que los actuales sean mucho más eficientes, porque reduce los intermediarios y facilita el acceso a la información”, apunta Lluís Mas.
El sector que más se ha beneficiado de momento es el financiero. Según Mas, los bancos utilizan mecanismos muy lentos y costosos para asegurarse, por ejemplo, que entre ellos el dinero no se duplica. “Con la tecnología blockchain esto se simplifica una barbaridad. Es un ahorro de costes, de estructura y de eficiencia brutal.”
Otro ámbito en el que destacan las posibilidades de esta tecnología es en las cadenas de suministro. La inviolabilidad del Blockchain aporta una garantía de trazabilidad impecable (Blockchain registra el historial de intercambios entre usuarios autorizados en tiempo real, y todos pueden comprobar la validez de la información de la cadena). Lluís Mas pone de ejemplo el transporte de mercancías:
“El transporte de mercancías tiene dos grandes problemas: El 52% del coste de un container cuando se trae de China a Barcelona es burocracia, porque nadie se fía de nadie. El blockchain viene a reducir no a 0, pero sí a una gran parte este 52%. A parte, como los diferentes actores de la cadena de suministro pueden checkear la información a tiempo real y tienen información fidedigna, esto hace que el fraude, una industria millonaria, se reduzca de una manera muy importante”.
Pero Blockchain tiene usos tan diversos como evitar la falsificación de productos de lujo. Nike, por ejemplo, acaba de patentar unas zapatillas basadas en esta tecnología para rastrear y detectar falsificaciones. Las llamadas “CryptoKicks” llevan consigo un activo digital con un identificador único de las zapatillas. Al comprarlas, el cliente tiene que escanear un código de barras que se halla en la caja mediante una app. Para desbloquear el token (unidad de valor de Blockchain para identificar activos físicos) se tiene que vincular el código de identificación de la zapatilla (un código de 10 dígitos) con el de su propietario.

Lluís Mas pone el ejemplo de una empresa de huevos ecológicos de Girona llamada Montsoliu que usa el Blockchain para que su sistema de producción sea 100% transparente. Las cajas de huevos, disponibles en supermercados, están identificadas con un código QR. Con el móvil, el cliente puede descargar un archivo que contiene datos sobre el origen de los huevos.
Otro importante uso, asegura Mas, tendrá que ver con el historial médico de los pacientes:
“Tienes la información distribuida en distintos centros, si has viajado y has tenido que ir al hospital en otro país, esa información no la tiene el hospital de tu país de origen, y puede ser importante para tu salud. Esa información tiene que ser tuya, el historial médico tiene que ser propiedad de las personas.”, asegura Lluís.
Estos son sólo algunos casos prácticos donde se observa el potencial del Blockchain. Y los expertos aseguran que sólo hemos visto la punta del iceberg.
Escrito por Eugenia Basauli