Hasta hace poco, crear proyecciones hiperrealistas que trascendieran los linderos tradicionales del espacio-tiempo era un concepto propio de la ciencia ficción. De hecho, a muchos de nosotros nos resulta imposible hablar de hologramas sin pensar en la Princesa Leia comunicándose con Obi-Wan Kenobi en la trilogía original de George Lucas, o más recientemente, en películas del Universo Marvel, donde aparecen pantallas flotantes y hologramas de los superhéroes comunicándose a tiempo real.
Pero no solo al séptimo arte queda limitada esta atractiva (y, para muchos, aún incomprensible) tecnología. En los últimos años hemos podido presenciar como la mismísima Whitney Houston resucitaba del más allá para volver a los escenarios en un Tour Holográfico, algo que hemos visto también con Michael Jackson, Tupac Shakur y Maria Callas, entre otros.
No obstante, una de las propuestas desarrolladas por Microsoft en su evento anual Ignite nos demuestra que la comunicación holográfica ya es un hecho con el que podríamos familiarizarnos todos muy pronto (y no, no solo para ver a nuestros artistas favoritos en conciertos). Potenciada por Azure y por Inteligencia Artificial, la plataforma de realidad aumentada Microsoft Mesh promete ayudarnos a traspasar fronteras desde la comodidad de nuestro hogar u oficina.
El tráiler que anuncia esta nueva plataforma es abrumador; son menos de dos minutos y medio llenos de secuencias impresionantes propias de una película de James Cameron. En él, desarrolladores de todos los sectores juegan con complejos cuadros de mando flotantes, diseñadores y trabajadores se reúnen alrededor de una mesa como si de los miembros del Consejo Jedi se tratara, imágenes tridimensionales de objetos aparecen y desaparecen como por arte de magia… Pero una vez superado el impacto inicial del tráiler, es inevitable preguntarse qué sabemos exactamente de Microsoft Mesh. ¿Estamos realmente cerca de cambiar las reuniones de Microsoft Teams por conferencias holográficas? ¿Cómo podría ser eso posible?
Lo cierto es que aún es pronto para entrar en detalles, pues como especificó el técnico de Microsoft Alex Kipman, se trata de una plataforma aún en fases muy tempranas de desarrollo:
“Por supuesto, el futuro de los hologramas aún no está del todo aquí. Las personas tendrán la oportunidad de empezar a expresarse a través de avatares, y, con el tiempo, podrán servirse de la holotransportación para proyectarse a sí mismos de la forma más realista posible.”
Sin embargo, sí podemos hablar del valor que esta nueva plataforma le da a Azure, ya que como explicó Kipman, el objetivo de estas experiencias holográficas no es almacenar contenido dentro de los dispositivos y aplicaciones que se usen, sino guardarlo todo en la nube, de modo que solo sea necesario contar con las gafas de realidad mixta adecuadas. Estas gafas, bautizadas desde hace años como HoloLens y accesibles para cualquier persona (a quien le sobren 3.500 dólares), son —de momento— el dispositivo esencial para el desarrollo de Microsoft Mesh.
A lo largo de la presentación, Kipman conversó también con el ya mencionado James Cameron sobre cómo esta plataforma le ha impulsado a crear experiencias de realidad virtual únicas. Con su casco de realidad mixta puesto y sumergido en las profundidades de un océano digital, el emblemático director y explorador admitió que Microsoft Mesh era la clave para hacer realidad una visión que, hasta el momento, no contaba con los medios tecnológicos necesarios para llevarse a cabo.
Aunque solo empecemos a ver la punta del iceberg, debemos recordar que Microsoft Mesh es el resultado de años y años de investigación para crear hologramas consistentes. Por eso, ahora que esta nueva realidad nos parece más cercana que nunca, es inevitable que resurjan algunas conversaciones sobre la otra cara de la Inteligencia Artificial y las implicaciones que podrían tener el auge de estas plataformas a nivel ético y social. ¿Sería posible, como muestra el gigante tecnológico, que soluciones como esta acabasen sustituyendo las clásicas visitas a los médicos? ¿Podría transformarse por completo el modo en que aprendemos? ¿Sería realmente tan descabellado pensar que nuestras quedadas con amigos podrían acabar convirtiéndose en un encuentro holográfico?
Aún es pronto para dar respuesta a todas estas cuestiones, no cabe duda. De modo que solo nos queda esperar, ser pacientes, y estar atentos a cualquier novedad para deducir, no solo cuánto tiempo tendremos que esperar para ver los resultados de este proyecto, sino cómo de cerca estará su concepto original del producto final que tengamos a nuestro alcance.